Recuerdo que el primer trabajo que tuve fue de reponedora en una tienda en un mall, desde ahí que le tengo cierto recelo a las grandes tiendas, con todo el atochamiento y el mal uso de las tarjetas de crédito, la aglomeración de gente no es lo mio ¡puaj!
Esta vez era necesario adentrarse en esos mares de gente y tomarse el tiempo necesario para buscar unos zapatos decentes que den compañía a mi vestido -ausente- de gala. Yo por mi parte me había propuesto ir con mi abuela pues es una mujer que tiene un gusto razonable (en cuanto a precio y estilo) y una paciencia envidiable que se acoplaría estupendamente con mi mal humor, pero mi madre con el fin de ganarse el título de buena madre decidió acompañarme en mi dantesca travesía. ¡Atróz! lo que más detesto es salir con ella, pues pareciera que fuera sola, no me da opiniones o ayuda...
¿Qué hice yo para merecer esto? Quiero matarla lentamente
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